Esta ha sido la primera vez que participo en el proyecto de Innovación Educativa y me ha parecido una idea muy interesante. Considero que es una experiencia muy positiva tanto para el profesorado implicado (observador y experto) como para el alumnado, ya que tener la oportunidad de compartir lo que hacemos en nuestras clases y conocer lo que hacen otros compañeros puede enriquecer de manera sustancial el proceso de enseñanza aprendizaje. En general no estamos acostumbrados a aprender de otros compañeros, cuando realmente es algo fundamental. Todos hemos tenido esa experiencia en nuestras prácticas como docentes, en nuestra primera toma de contacto con el mundo educativo, y de una forma u otra nos ha marcado.
Entonces, ¿Por qué no continuar con una formación en esta misma línea? Puede que en nuestro país no sea algo muy habitual, quedando acotado a las secciones bilingües como en este caso, o encasillado en una innovación educativa, en algunas ocasiones “cuestionada”, pues no todo lo novedoso tiene que ser educativo en si… pero en este caso, podemos afirmar que la posibilidad de tener otras referencias diferentes a nuestra forma de enseñar es algo muy útil e interesante. Para actualizar nuestros contenidos, conocer otros puntos de vista, aprender de otros contextos, y además promover una motivación por este aprendizaje, para mantener una actitud positiva o una emoción por aprender cosas nuevas y adaptarnos a los cambios desde el punto de vista docente.
Igual que le sucede a nuestros alumnos, vemos que la mejor forma de aprender es enseñando, y también compartiendo nuestras experiencias. La neurociencia afirma que sin emoción no hay aprendizaje, por tanto hemos de buscar ese incentivo en nuestras clases y nuestro día a día para adaptarnos a las nuevas situaciones, actualizar nuestra forma de enseñar, y entender la innovación en este sentido. Por ello este tipo de proyectos son una alternativa diferente, muy productiva de cara a encontrar soluciones positivas para ese proceso de enseñanza-aprendizaje, tanto para nuestra forma de dar clase, como para conocer la forma en la que más y mejor aprende nuestro alumnado.
En nuestro caso, la asignatura de educación física nos ofrece una gran variedad de contenidos, metodologías y elementos clave en la vida de nuestros alumnos. Esto da pie a que la motivación del alumnado de por sí alta, y nuestro papel va a ser fundamental para ofrecerles actividades útiles e interesantes, que tengan una repercusión directa en sus hábitos, en sus estilos de vida, y en la utilización de su tiempo libre. No olvidemos que la actividad física, enmarcada en la salud, es una herramienta esencial también para el rendimiento académico del alumnado, para su desarrollo cognitivo e intelectual, y para promover el trabajo de las inteligencias múltiples de las que habla H. Gardner, con una estrecha vinculación a nuestras competencias clave, eje de nuestro sistema educativo. Por ello aparece aún más esa necesidad por hacer de nuestras clases, algo fundamental para el alumnado, una vivencia positiva y que deje huella en sus hábitos y en su día a día.
Este proyecto me ha dado la oportunidad de conocer a dos compañeros, observar su intervención docente, y centrarme en todos estos aspectos esenciales que estoy comentando. Y tanto el proceso como el resultado han sido muy satisfactorios, compartiendo experiencias e ideas, que incluso pueden servirnos para seguir colaborando en un futuro para preparar actividades, eventos trabajar de forma cooperativa. Esto se traduce también en un aprovechamiento por parte de nuestro alumnado, ya que este trabajo por proyectos tiene una repercusión positiva en todos los niveles.
Para finalizar, simplemente añadir mi agradecimiento tanto a los organizadores de este proyecto, coordinadores, mis compañeros Maxi y Javier, nuestros alumnos y la dirección del centro y de las secciones bilingües por ofrecernos esta posibilidad de disfrutar de nuestro trabajo y seguir aprendiendo.
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